Mujeres, esperanza de la economía
Opinión de Ricardo Phillips, Operating Partner Linzor Capital & CEO de Universidad Insurgentes
En México, aunque el 51% de la población son mujeres, ellas siguen por debajo de los hombres en puestos laborales, salario y acceso a la educación.
El Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) estima que si en México la tasa de participación económica de las mujeres fuera la misma que la del promedio de los países de la OCDE (56% registrada en 2019), para 2030 el país lograría sumar a 8.2 millones de mujeres con autonomía económica para entrar al mercado laboral.
Lo anterior se traduciría en un aumento en el ingreso de los hogares, prestaciones laborales y derrama económica hacia otros sectores.
En México, en mayo de 2022, la Población Económicamente Activa fue de 59.1 millones de personas de 15 años y más. La tasa de participación de los hombres fue 76.4% y la de las mujeres, 44.8%.
De acuerdo con Acción Ciudadana Frente a la Pobreza, 13.8 millones de mujeres no tiene oportunidad de buscar empleo por la carga de tareas domésticas y de cuidado.
En el mundo, las mujeres ocupan menos del 5% de los puestos de alta dirección y en el caso de llegar a la cumbre, reciben casi siempre una remuneración inferior a la de los hombres.
El Banco Mundial y Naciones Unidas han documentado que, si las mujeres gozaran de igualdad en puestos ejecutivos a nivel mundial, el PIB del mundo mejoraría de 5% a 7% de crecimiento. Crecimiento que el mundo hoy necesita mucho y suena fácil, ¡solo dejar que las mujeres participen mas y en igualdad!
Para lograrlo, tenemos que corregir nuestro presente, porque, como lo menciona Chimamanda Ngozi Adichie, autora del libro y conferencia Todos Deberíamos Ser Feministas: el género, como funciona hoy, es una grave injusticia.
Sostuve una charla con Lumi Velázquez, directora de All Women Coo y académica del Tec de Monterrey. Ha luchado por más de 20 años por la equidad de género en universidades y empresas de Latinoamérica.
Tiene un doctorado en ciencias económicas y empresariales de la Universidad de Deusto España, donde obtuvo la mención Cum Laude por su tesis Desarrollo Profesional de las Mujeres en Universidades, Empresas y Gobiernos.
Ella desvela acciones puntuales que podemos realizar desde las universidades:
- Trabajar con las personas que tienen apertura en el tema y volvernos agentes de cambio.
- Tener una asesora feminista de cabecera, acercarnos a un colectivo o profesionales con esta perspectiva de género.
- Agregar en las universidades clases y temas con perspectiva de género en las distintas materias.
“Tenemos que dejar de normalizar conductas que alejan a las mujeres de más oportunidades, acceso y beneficio de recursos y respeto de sus derechos humanos. Esto sería una primera acción, un trabajo individual”, menciona nuestra experta.
“Existe la creencia de que siempre el padre es el proveedor y protector y las mujeres tenemos que ser cuidadoras y reproductoras”, agrega.
Lumi dice que desde las universidades lo que se debe buscar es gestar a agentes de cambio y empezar con esta sensibilización respecto al género.
En cuanto a educación, está demostrado que los promedios académicos de las mujeres superan al de los hombres, lo cual podría significar que deberían de aspirar u ocupar puestos similares o mejores que muchos hombres.
Recuerdo que, en una graduación de nuestra Universidad, una madrina de generación, quien es una magistrada muy importante, abrió su discurso frente a 800 alumnos con la siguiente anécdota:
“Yo vengo de una familia de cinco hermanos, yo soy la única mujer, y mi papá me preguntaba que para qué estudiaba, si finalmente me iba a casar, embarazar y dejar la carrera. Sin embargo, lo único que les contesté fue: tengan fe en las mujeres”. ¡Hoy ejemplo del valor de educar, tratar y promover la igualdad!
En la Universidad Insurgentes buscamos crear mujeres líderes, una de nuestras iniciativas es pensar en cómo ayudamos a empoderarlas y eliminar ese síndrome “del impostor” para que en un futuro se lancen más a puestos en donde hoy piensan que no dan el ancho. ¡Claro que lo dan!
No hablamos de que uno u otro género domine, sino de generar un beneficio mutuo.
Por ello, también trabajaremos con expertas como Lumy, para generar en nuestro alumnado una mayor conciencia de igualdad de género y convertirlos en agentes de cambio.
La igualdad nos da beneficios a todas y todos y debemos trabajar por ello. El país necesita crecimiento, ¡con la igualdad se logra un buen tramo y solo cuesta educación, sensibilización y apertura!
Para conocer más sobre el tema, los invito a enlazarse a mi perfil en LinkedIn o la ADN UIN Universidad Insurgentes.
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