Jóvenes fuman a edades muy tempranas; estas son las consecuencias
Fumar tabaco tiene múltiples consecuencias en la salud para los jóvenes y se agudizan si el consumo comienza desde la adolescencia
En México, 14.3 millones de personas son fumadores, lo que representa el 15.3% de la población, mostró la Encuesta Global de Tabaquismo en Adultos (GATS) 2023. Del total, 3 millones son jóvenes de entre 15 a 24 años.
Pese a los esfuerzos de prevención, la Organización Mundial de la Salud (OMS) advierte que la industria tabacalera continúa desarrollando estrategias para atraer a niños y jóvenes. A nivel mundial, se estima que más de 37 millones de personas entre 13 y 15 años ya son consumidores de tabaco.
Una industria que apunta a los más jóvenes
Guadalupe Ponciano, coordinadora del Programa de Investigación y Prevención del Tabaquismo de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), advierte que las empresas tabacaleras “enfocan todas sus estrategias de mercadotecnia precisamente hacia los jóvenes”.“Al comenzar a fumar a edades más tempranas, es más fácil engancharse (a la nicotina)”, señala.
En México, la edad promedio de inicio en el consumo de tabaco es de 16 años. Sin embargo, Ponciano estima que puede comenzar incluso antes. “Hay niños que aparecen en las encuestas nacionales que tienen 10 años”, explica.
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El aparato respiratorio termina de madurar alrededor de los 13 años, y el sistema nervioso central hacia los 21. Comenzar a fumar antes de esas edades implica un riesgo mayor: el cerebro y los pulmones aún están en desarrollo, por lo que el proceso de adicción es más rápido y el daño neurológico más profundo.
Las consecuencias también son a corto plazo
Contrario a lo que muchos piensan, los efectos del tabaquismo no tardan décadas en manifestarse. La adicción es la afectación más evidente, cuyo síndrome de abstinencia puede causar irritabilidad y dificultades para concentrarse, incluso al realizar tareas cotidianas como presentar un examen.
“Entre más joven empieza a fumar una persona, cuando llegue a la etapa adulta, el daño va a ser mucho mayor”, advierte Ponciano.
Un cigarro contiene más de 7 mil compuestos químicos, de los cuales al menos 70 son cancerígenos. Estas sustancias afectan no solo los pulmones, sino todo el organismo. El fumador entra en un estado de oxidación crónica que incrementa el riesgo a desarrollar múltiples enfermedades.
La especialista advierte también sobre la práctica de fumar y hacer ejercicio, común entre jóvenes. Aunque se sienten capaces físicamente, el cuerpo trabaja bajo un esfuerzo excesivo debido a la reducción de la capacidad pulmonar y cardíaca.
El tabaco también retrasa la recuperación ante fracturas y lesiones. “Los tejidos reciben menos oxígeno, por lo que la cicatrización toma más tiempo”, lo que incrementa el riesgo de infecciones, explica Ponciano.
En las mujeres adolescentes que fuman más de 10 cigarros al día, puede presentarse alteraciones del ciclo menstrual. A largo plazo, la especialista puntualiza que este hábito puede llevar a una menopausia precoz, hasta seis años antes de lo habitual.
La cavidad bucal también sufre daños importantes: desde encías inflamadas, gingivitis, abscesos periodontales y pérdida dental, hasta halitosis (mal aliento).
Además, los jóvenes fumadores tienen mayor riesgo de desarrollar enfermedades respiratorias crónicas como enfisema o bronquitis crónica, principales características de la Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC).
Vapeadores y cigarros electrónicos, nuevo problema
La industria tabacalera ha diversificado su oferta con nuevos productos dirigidos especialmente a los jóvenes: cigarros electrónicos, vapeadores y bolsas de nicotina, presentados en diseños coloridos, sabores dulces y aromas agradables.
En México, el grupo de 15 a 24 años es el que más utiliza cigarros electrónicos (4.1 %), superando ampliamente a otros rangos de edad. En 2015, la prevalencia era de apenas 1.6%, lo que indica un crecimiento alarmante, señala el GATS 2023.
“Son los jóvenes a los que les llaman más la atención estos nuevos sistemas para la administración de nicotina comparativamente con los cigarrillos tradicionales que ya empiezan a ser obsoletos”, explica Ponciano.
Uno de los principales daños asociados a su consumo es el EVALI o Lesión Pulmonar Asociada al Uso de Cigarrillos Electrónicos o Vapeo, una enfermedad respiratoria aguda. En 2019, se confirmó una defunción asociada a su uso en un joven de 18 años atendido en San Luis Potosí.
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