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Acoso: ¿qué debemos hacer para eliminarlo?

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Erradicar el acoso es cada vez más necesario. Estadísticas oficiales muestran que, durante 2020, la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana registró alrededor de 19 mil investigaciones por abuso sexual en nuestro país. Asimismo, las denuncias por acoso sexual ascendieron a poco más de 4 mil 700, junto con el hostigamiento, con casi mil 500 casos. Aunque estos datos abarcan a la sociedad en general, esta es una realidad que no es ajena a las instituciones educativas.

“A pesar del avance que tenemos en materia de género, la sociedad sigue reproduciendo la violencia y marcando las diferencias entre hombres y mujeres. Esto es algo que puede verse en lo público, lo privado, lo familiar y lo educativo”, dijo Karla Urriola, del Tec de Monterrey.

La encargada de la Oficina Nacional de Género y Comunidad Segura agregó: “creemos que a la universidad asisten personas con un grado formativo que permitiera la desaparición de la violencia de género. Sin embargo, por las denuncias y los movimientos de las alumnas, sabemos que no es así”.

Por su parte,  Ana Vidu, investigadora en la Facultad de Derecho de la Universidad de Deusto, y participante de una charla digital organizada por el Tec de Monterrey dijo: “existe un contexto de indiferencia al acoso, junto a la impunidad pues, esto no sucede fuera de las escuelas, sino dentro y va ligado a las relaciones de poder que usualmente existen. Como instituciones, se intenta cambiar, pero sigue la falta de responsabilidad y poco apoyo a las víctimas. Ellas también enfrentan el miedo a denunciar, seguido de un efecto silenciador y mucho acoso de segundo orden hacia las personas que les apoyan”.

 

Medidas necesarias

Vidu, quien también es cofundadora de la “Red solidaria de víctimas de violencia de género en las universidades”, hizo énfasis en las acciones que deben adoptar las instituciones para frenar los casos de acoso y hostigamiento. Resaltó el compromiso que se debe tener con el tema, además de impulsar la investigación para descubrir mecanismos que ofrezcan mejores resultados.

“Lo principal es tener posicionamiento y compromiso, además de aplicar los protocolos contra este tipo de abusos. También, necesitamos que las personas a cargo de esos protocolos no estén ‘casadas’ con los métodos anteriores y contribuyan a las investigaciones que se hacen al respecto”, dijo Ana Vidu.

Asimismo, destacó la importancia de que quienes sean elegidos para apoyar a las víctimas y atender las denuncias sean “personas con trayectoria en cuestiones de violencia de género y que lleven estos casos en total confidencialidad, para evitar ataques a quienes deciden alzar la voz y a quienes los apoyan”.

 

Acoso, problemática global

Cabe destacar que Vidu, en tanto investigadora de una universidad en España, identifica este tipo de problemáticas también en aquella región. Es decir, esta es una dificultad global. Con todo, el Tec de Monterrey ya tiene cuatro compromisos para asegurar un espacio libre de acoso.

El primero de ellos es la publicación de un nuevo protocolo de violencia de género. También se incrementarán los Puntos de Atención y Orientación a su comunidad en temas de Dignidad Humana, se fortalecerán los programas de capacitación, sensibilización y se impulsará la formación con perspectiva de género.

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