El Dr. Simi y las fallas del sistema de salud pública
Por Pamela Valadez Sierra estudiante de la Licenciatura en Historia del Arte en la Universidad Iberoamericana
El Dr. Simi y las fallas del sistema de salud pública. Imagen: Pexels / Farmacias Similares
El Corona Capital cumplió 15 años en este 2025 y cinco años desde que se lanzó el primer peluche del Dr. Simi al escenario de un concierto en territorio mexicano. Entre los gritos de la multitud y los cantos etéreos de la cantante noruega AURORA.
A partir de ese momento, la botarga de Farmacias Similares se convirtió en un fenómeno cultural complejo, integrado por una serie de capas significativas a la hora de hablar tanto de México y sus circunstancias, como de los fenómenos culturales que, al ser apropiados afectivamente por una gran cantidad de personas en un contexto específico, parecen servir como coartadas para no cuestionar el verdadero origen de las carencias del sistema de salud y la ausencia de políticas públicas efectivas en el país.
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El emporio farmacéutico de Víctor González Torres nació en 1997, en medio de un contexto de fin de siglo, marcado por el desabasto de medicamentos y la atención limitada en las instituciones oficiales. Su marca pronto se posicionó —con la promesa de ofrecer medicamentos genéricos a precios accesibles— como mediador entre la desigualdad estructural y las soluciones del mercado privado.
Años después, luego de que el primer simipeluche volara por los aires en ese Corona Capital 2021, la figura del Dr. Simi se convirtió en la cara de una colonia entera, una nueva presentación de vasos para micheladas, una película, un festival de música, un parque temático y un museo que recorre la vida de González Torres como filósofo y altruista.

Así, a través de un gesto público, el logo fue transformado en un ecosistema cultural en sí mismo y un éxito rotundo de marketing, pues, hoy, al pensar en salud y accesibilidad su figura es la primera que aparece en la mente. Asimismo, su construcción cuidadosa, su diversificación y sus medios de difusión han promovido que se genere una relación afectiva con el personaje. Y ese afecto permite que se legitime la presencia de una empresa privada como si formara parte integral del tejido social, como si fuera un espacio seguro o deseable, sustituyendo un rol que históricamente había sido responsabilidad del Estado: garantizar salud digna y accesible para todos.
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Todo el sistema cultural y discursivo construido alrededor del Dr. Simi tiene tal fuerza que suaviza las tensiones que existen de manera patente en México y, de esa manera, se acepta la “resolución” a las carencias que no por albergar alternativas dejan de existir.
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Por Pamela Valadez Sierra estudiante de la Licenciatura en Historia del Arte en la Universidad Iberoamericana
