Rompiendo mitos: las mujeres también hacen ciencia, negocios e innovación
¡Atención, mujeres! El conocimiento y la capacidad de innovación no tienen género; y tampoco la historia se escribe desde la comodidad
Octubre nos recuerda la importancia de hablar de salud femenina, y es imposible reflexionar sobre el tema sin mirar a quienes están impulsando la innovación detrás de cada avance.
Durante mucho tiempo, el liderazgo femenino en ciencia, tecnología e innovación fue la excepción. Hoy, las mujeres están redefiniendo el ecosistema empresarial y científico, no solo participando, sino también dirigiendo proyectos que combinan investigación, impacto social y crecimiento económico.
De acuerdo con la UNESCO, las mujeres representan el 30% de la fuerza laboral en investigación científica a nivel global, aunque solo una de cada cuatro ocupa puestos de liderazgo o dirección en laboratorios, universidades o empresas tecnológicas.
En América Latina, la cifra es más alentadora, casi el 45% de las personas dedicadas a la ciencia son mujeres, pero la brecha se amplía cuando se trata de financiamiento o visibilidad.
En el ámbito empresarial, el panorama es similar. Según el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), apenas el 8% de las startups en la región tienen fundadoras mujeres, y menos del 2% del capital de riesgo se dirige a proyectos liderados por ellas.
Sin embargo, las empresas creadas o dirigidas por mujeres muestran tasas de rentabilidad un 35% superiores y equipos más diversos y sostenibles, según McKinsey & Company (2023).
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El desafío está en romper la idea que se nos ha hecho creer que ciertos campos no son “para nosotras”, o que el liderazgo científico requiere un tipo de autoridad que solo algunos pueden ejercer.
Pero la historia demuestra lo contrario. La ciencia también avanza cuando se combina la sensibilidad con la precisión, la intuición con la evidencia, la empatía con la innovación.
En el mundo de las patentes, la brecha es todavía mayor. Solo el 17.7% de las solicitudes internacionales son presentadas por mujeres y, en México, menos del 10% provienen de inventoras.
Esta desigualdad refleja quién impulsa la innovación. Cuando las mujeres no participamos en la creación de nuevas tecnologías, las soluciones que necesitamos tardan más en llegar o simplemente no existen.
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Un ejemplo claro es el cáncer cervicouterino. A pesar de ser una de las principales causas de muerte en mujeres en América Latina, las herramientas de detección han cambiado muy poco en ocho décadas. ¿Cómo es posible que con tanto avance tecnológico sigamos usando los mismos métodos?
Cuando inicié este camino en la ciencia, me propuse demostrar que desde México también podíamos innovar y que las mujeres no solo formamos parte del cambio, sino que lo lideramos.
A lo largo de los años he sido testigo de que las soluciones innovadoras sí son posibles y que, dentro del sector FemTech, están transformando el mundo de la salud y del emprendimiento.
¿Cómo avanzamos en innovación?
Necesitamos un ecosistema real de apoyo, donde gobierno, universidades, industria e investigadores trabajen de la mano. La innovación con liderazgo femenino está demostrando ser más empática, más colaborativa y más rentable.
Las mujeres están al frente de desarrollos en biotecnología, inteligencia artificial, automotriz, energías limpias, salud digital y fintech, sectores estratégicos que marcarán el crecimiento de nuestro país los próximos años.
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El reto ahora no es demostrar que las mujeres pueden innovar, eso ya está probado, sino asegurar que existan los recursos, las redes y las políticas públicas que permitan escalar sus proyectos. Apostar por el talento femenino no es una causa social, es una estrategia de competitividad.
A quienes están hoy en las aulas quiero decirles algo: no esperen que les den permiso para innovar. El conocimiento no tiene género y la historia no se escribe desde la comodidad. Si alguna vez te hicieron dudar, convierte ese reto en impulso.
Las mujeres también hacemos ciencia, negocios e innovación. Cuando lo hacemos, transformamos la economía, la salud y el futuro.
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