La brecha de habilidades para 2026: las universidades deben reinventarse. Imagen: Unsplash
¿Estás por egresar o sigues estudiando, pero te preocupa no tener el perfil necesario para conseguir un empleo porque podrías requerir habilidades que no aprendiste durante tu formación académica? El Foro Económico Mundial (WEF, por sus siglas en inglés) comparte la misma inquietud.
En su informe El futuro del trabajo, la organización estima que el 22% de los empleos cambiarán en los próximos cinco años. Además, advierte que la brecha de habilidades podría agravarse debido a que los nuevos roles exigen competencias distintas a las que predominan en los trabajos en declive.
Según WEF, IA y el big data están transformando el futuro al reconfigurar las habilidades prioritarias para las empresas. En este panorama, ¿cómo pueden los estudiantes saber si su formación académica será suficiente para enfrentar el mercado laboral en 2026?
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Para los expertos del Instituto para el Futuro de la Educación (FE) del Tecnológico de Monterrey, las universidades deben reinventarse ante un panorama laboral marcado por la inteligencia aumentada y la creciente relevancia de las habilidades socioemocionales.
“¿Qué universidad está lista para producir cambios al ritmo que la industria requiere? Prácticamente ninguna”, afirma Patricia Caratozzolo, investigadora del IFE.
Los especialistas del instituto señalan que estamos transitando hacia un trabajo 5.0, caracterizado por la colaboración humana-IA, el énfasis en habilidades socioemocionales, el aprendizaje a lo largo de la vida y un auge de competencias humanas, como creatividad, resiliencia y pensamiento crítico.
La velocidad de esta transición exige cambios profundos en la formación profesional. Sin embargo, Caratozzolo reconoce que adaptarse dentro de los sistemas formativos tradicionales es complicado. Crear una nueva carrera, por ejemplo, puede llevar entre cinco y siete años, y si se suma el tiempo que un estudiante tarda en egresar, el proceso tomaría una década: “Eso no es lo que el mercado laboral necesita”, enfatiza.
La inteligencia artificial, sostiene, tiene el potencial para cerrar la brecha de habilidades. El trabajo colaborativo entre humano y tecnología inteligente permite resolver problemas complejos, automatizar procesos, anticipar tendencias y crear soluciones de alto impacto.
En México, 70% de los empleadores tiene dificultades para encontrar los perfiles que necesita. Los sectores con mayores obstáculos son Transporte, Logística y Automotriz (80%), Tecnologías de la Información (77%), Finanzas y Bienes Raíces (76%), de acuerdo con el informe Escasez de Talento 2025 de Manpower Group.
Caratozzolo destaca que los modelos basados en datos e inteligencia sectorial en tiempo real son clave para cerrar la brecha. En el ámbito educativo, la IA ya se usa para alinear los planes de estudio con las necesidades presentes y futuras del mercado laboral.
Shaping Skills, por ejemplo, es una plataforma impulsada por IA que analiza millones de vacantes laborales para generar taxonomías dinámicas de conocimientos, habilidades y competencias (KSA) emergentes en sectores clave. Actualmente, se usa para actualizar programas académicos y diseñar experiencias formativas más pertinentes.
A los modelos basados en datos, Caratozzolo suma la importancia de la colaboración entre universidades, empresas y gobierno. ¿Quién absorbe los costos de la capacitación continua? Para la investigadora, las universidades pueden encargarse de formar y actualizar, mientras que las empresas comparten información relevante.
“Para cerrar la brecha entre la formación universitaria y las necesidades reales del mercado 5.0, se requieren modelos basados en datos. Una inteligencia que tenga que ver con cada sector económico en tiempo real y una colaboración más estrecha entre universidad, empresa y gobierno. Este futuro se tiene que forjar conjuntamente porque es una corresponsabilidad”, afirma.
Las universidades, añade, deben incorporar la IA en el currículo (desde la alfabetización general hasta las competencias específicas para cada disciplina): el uso de la IA en la enseñanza-aprendizaje y la personalización. Incluir modelos skills first (basados en habilidades no solo créditos); certificaciones y microcredenciales alineadas con los mercados laborales; rutas de aprendizaje flexibles y autogestionadas, así como la integración del aprendizaje en el trabajo y en proyectos reales.
También existe la AI Global Education Network (AIGEN), conformada por más de 40 universidades de 11 países de Iberoamérica. El Tec de Monterrey, la Universidad Nacional Autónoma de México y la Universidad de Guadalajara forman parte del comité directivo.
Héctor Ceballos, director del Living Lab & Data Hub del IFE, explica que, a través de esta red, se documentan y comparten conjuntamente las medidas para una adopción ética y responsable de la IA en las instituciones educativas.
“Coincidimos en que hay que dar respuesta a cómo introducir la IA en el proceso de enseñanza y aprendizaje, en la operación de las instituciones de una manera ética y responsable y preparando a nuestros egresados para lo que será el futuro del trabajo”, afirma.
Que la IA transforme el futuro del trabajo no implica únicamente un aumento en la demanda de habilidades digitales avanzadas. Los expertos del IFE sostienen que las empresas buscan perfiles con capacidades humanas y socioemocionales, como pensamiento analítico, resiliencia, flexibilidad y agilidad.
“La inteligencia emocional es prácticamente una de las cosas más importantes que está pidiendo la industria en este momento”, afirma Caratozzolo. A menudo, explica, hay personas expertas en su área que no pueden manejar la frustración, una negativa, un fracaso o el estrés de una situación desventajosa.
La formación en habilidades humanas y socioemocionales también ocurre en las aulas. “No puedo pretender que voy a obtener profesionales emocionalmente sanos, si no soy capaz de lograr un ambiente emocionalmente sano en el salón de clase. Eso implica el respeto por la diversidad humana, cosa que ahora mismo es una de nuestras mayores preocupaciones”, explica.
Una encuesta del Tec y Digital Education Council indica que el uso de IA en cuestiones académicas es del 86%, aunque Ceballos estima que es aún mayor.
“Los alumnos todavía reportan que les hace falta capacitación. La utilizan como Dios les da a entender, pero podrían hacerlo mejor si se les capacita”, afirma.
¿Qué deben hacer las universidades para fomentar un mejor uso de la IA? Para Caratozzolo, es indispensable abordar la ética, el bienestar emocional y el florecimiento humano, relacionado con el desarrollo del máximo potencial para alcanzar la felicidad.
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“Queremos formar profesionales, pero sobre todo personas de bien para su país y para su comunidad”, señala.
Aun con el auge de la IA, la investigadora subraya que las universidades deben fomentar la inteligencia humana, especialmente el mayor logro de la humanidad, que considera, es el lenguaje, tanto oral como escrito.
“No dejen de ejercer su humanidad a través de su mayor logro: el lenguaje”, recomienda a los estudiantes.
Para 2026, la brecha de habilidades continuará agravándose. Según especialistas del IFE, reducirla requiere modelos basados en datos, inteligencia sectorial en tiempo real y una colaboración más estrecha entre universidades, empresas y gobiernos.
Autora: Aura Resendiz
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