La Ciudad de México se caracteriza por los inconfundibles aromas que desprende la tradicional gastronomía callejera mexicana, ¿o no? Desafortunadamente, el olor de los tacos al pastor o de las tortas de tamal, no son lo único que nuestro olfato percibe todos los días, pues en el aire que inhalamos diariamente en la capital, también contiene microplásticos que podrían dañar nuestra salud. La UNAM y el CINVESTAV ya investigan al respecto. ¡Te contamos!
El investigador Shruti Venkata Chari y Priyadarsi Debajyoti Roy, ambos del Instituto de Geología de la UNAM, en colaboración con Gurusamy Kutralam-Muniasamy y Fermín Pérez Guevara, del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (CINVESTAV) del IPN y en cooperación con la Secretaría del Medio Ambiente (SEDEMA), en conjunto, realizaron una investigación para saber la cantidad de microplásticos que inhalan los habitantes de la CDMX.
De acuerdo con UNAM Global, el campo de estudio fueron los polvos atmosféricos inhalables que van adheridos al material particulado (PM2.5 y PM10). La investigación se realizó en diferentes partes de la CDMX, en zonas urbanas, residenciales e industriales durante la época seca y de lluvias. Tales como Tlalnepantla, San Agustín, la Merced, UAM Iztapalapa, Pedregal, Xalostoc y Lomas Verdes.
¿Cuánto microplástico inhalamos en la CDMX?
La doctora Venkata Chari, señaló que como resultado de la investigación, se observó más cantidad de microplásticos en los polvos atmosféricos cerca de centros industriales, comerciales y urbanos. Se trata de Tlalnepantla, Iztapalapa y la Merced. Asimismo, se encontró mayor presencia durante la estación más seca del año.
En este sentido, el estudio reveló que en un metro cuadrado en polvos de PM2.5 y de PM10 en la CDMX, contienen 0.110 ± 0.055 y 0.205 ± 0.061 (el doble) de partículas de microplásticos, respectivamente.
Al respecto, el doctor Priyadarsi Debajyoti Roy indicó que en la CDMX “estamos inhalando casi 1,000 piezas de microplásticos al año. Y en el mundo, a través del consumo de pescado y mariscos, ingerimos tal vez 10 mil piezas de micro plástico anualmente”.
Los microplásticos atmosféricos que dominan en la capital de México son: la forma fibrosa y el color azul. Además, la longitud más larga registrada fue de entre 39 y 5 mil micrómetros. Mientras que, el 66% de ellos fue menor a los 500 micrómetros.
A propósito, la doctora Venkata Chari precisó que una PM2.5 tiene un diámetro casi 25 veces menor que el de un cabello humano. De hecho, subraya, son tan pequeñas que se pueden respirar e incluso, llegar a los pulmones.
Por su parte, el doctor Kutralam-Muniasamy detalló que el principal material particulado que contienen los polvos de la ciudad, es el material de empaque y embalaje, así como los textiles sintéticos. Por ejemplo, polímeros de celofán, polietileno, tereftalato de polietileno, poliamida y celulosa.
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¿Los contaminantes son un riesgo para la salud?
La investigadora Venkata Chari aseguró que la contaminación del aire es un problema de salud en México, pues causa aproximadamente una de cada 17 muertes en el país. De igual manera, los microplásticos contenidos en material particulado y otros contaminantes que permanecen en los pulmones y que los seres humanos inhalan, representan un riesgo directo para la salud.
Asimismo, según la investigación, cada residente de la CDMX (sin darse cuenta) inhala hasta 2.4 ± 0.9 microplásticos diariamente y 876 ± 356 microplásticos anualmente. Sobre esto, Kutralam Muniasamy, explicó que si un humano respira de 15 a 20 metros cúbicos de aire, entonces en la capital podrían ser respirados aproximadamente 900 microplásticos cada año.
En relación con las amenazas para la salud, el doctor Roy refiere que el tiempo prolongado de exposición a fibras sintéticas mediante la inhalación de microplásticos atmosféricos, puede causar distintos padecimientos. Entre ellos, asma, neumotórax, alveolitis, bronquitis crónica y neumonía.
La PM2.5 “son generadoras de enfermedades cardiovasculares y respiratorias, porque contienen sulfatos, nitratos, ácidos metales y también microplásticos que van en sangre y pueden llegar hasta la parte más profunda de los pulmones”, abundó Debajyoti Roy.