Un equipo de estudiantes mujeres de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), campus Azcapotzalco, con el respaldo de Women Forward International (WFI) y TC Energía, se encuentra trabajando para poner en marcha el programa “Compartiendo abundancia: un nuevo modelo de rescate alimentario en México”, el cual ya dio sus primeros pasos para arrancar en Veracruz y está centrado en mujeres y niñas.
Mediante este proyecto, WFI reafirma su colaboración con White Pony Express, organismo que identifica fuentes excedentes de alimentos frescos y saludables con el fin de entregarlas a poblaciones vulnerables.
Uno de los objetivos de WFI también es enlazar a estudiantes de posgrado de universidades con instituciones multilaterales, empresas y organizaciones sin fines de lucro, con la idea de consolidar investigaciones orientadas a la acción.
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Así, en “Compartiendo abundancia: un nuevo modelo de rescate alimentario en México”, agrupaciones como Coparmex, la Cámara de Comercio de Canadá en México y el Consejo Coordinador de Mujeres Empresarias analizan la manera de contribuir al proyecto.
Son cinco las estudiantes de la UAM que participan en la propuesta, con perfiles distintos, quienes ya hicieron el estudio de factibilidad en Veracruz. La idea es que la primera distribución de alimentos empiece en enero del siguiente año.
“Al poner a las mujeres en el centro de la conversación de la seguridad alimentaria, TC Energía busca apoyar a las comunidades donde operamos para que éstas puedan beneficiarse de nuevos modelos de distribución de alimentos liderados y operados por ellas mismas”, declaró Jennifer Pierce, presidenta de la firma.
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Comprometida con la comunidad
Estefanía Rodríguez Rivera cuenta con la licenciatura en Ciencias Políticas y Administración Pública de la UAM y cursa el doctorado en Estudios Organizacionales. Ella explica que el proyecto en el que participa tiene como base la ayuda mutua y el compromiso con la comunidad.
“Las políticas públicas generalmente se hacen desde el escritorio, sin tener acercamiento al problema, es por eso que esta iniciativa me resulta relevante”, explica.
Añade que se trata de un proyecto abierto en el que se busca la contribución de varias personas, desde voluntariado hasta donantes. “Necesitamos muchas manos para alcanzar los objetivos que se han planteado”.
Enfoque más solidario
Andrya Bautista Quiroz, quien cursa la maestría en el Posgrado Integral en Ciencias Administrativas, refiere que la palabra administración se asocia con obtener una ganancia.
“Sin embargo, esta puede emerger desde otros enfoques más solidarios, lo cual ha sido muy enriquecedor e interesante para mí”, complementa.
Añade que una de las líderes religiosas de Veracruz con las que el grupo tuvo oportunidad de hablar, les comentó que varios niños han podido terminar su educación gracias a que reciben un desayuno, por ejemplo. “De ahí la importancia de asegurar su alimentación”.
Foto: Especial
Contribución desde la ingeniería
Dulce Alejandra Zaragoza Ayala cursa la maestría en Ciencias e Ingenierías Ambientales. Expresa que los ingenieros también pueden contribuir a la parte social.
“En Veracruz nos pudimos percatar de que no se está cumpliendo el derecho a la alimentación que tenemos las personas. Se trata de uno de los cuatro estados con mayor pobreza y sufre de una gran inseguridad alimentaria. Estoy en el proyecto para aportar con investigación y me gustaría que en el corto plazo se incorpore la parte de sustentabilidad ambiental, porque este es sostenible tanto económica, social y ambientalmente”, precisa.
Visión sistémica
Como estudiante de la maestría en Economía, Nohemí Cedillo Zúñiga establece dos objetivos del proyecto: “Uno es la reducción de los desperdicios masivos de alimentos y el otro es ayudar a disminuir los índices de inseguridad alimentaria en algunos municipios de Veracruz”.
Manifiesta que para que el proyecto pase de beneficiar a 11 colonias en un inicio a un impacto regional y nacional se necesita una visión más sistémica, con la participación de la sociedad y de la iniciativa pública y privada. “El hecho de que todos ayudemos a resolver el problema de inseguridad alimentaria, beneficia al país en su conjunto”.
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Mujeres y niñas
Jocabed Sánchez Martínez, también es licenciada en Economía y cursa la maestría en Ciencias Económicas. Enfatiza la relevancia de que la iniciativa esté centrada en mujeres y niñas.
“Una de las líderes comunitarias que trabaja en el puerto (en los comedores) nos decía: ‘Es que somos muchas mujeres; nuestros equipos de apoyo están conformados por un 5% hombres y 95% mujeres’”, rememora la estudiante.