La educación online involucra una serie de cosas a tomar en cuenta para tener una experiencia de provecho. Tener acceso a internet, contar con un dispositivo digital, un espacio para trabajar y un buen ambiente, son algunas de las necesidades básicas.
Ya pasaron más de dos años desde que miles de estudiantes aprenden desde el hogar, aun así, todavía existen dudas entre padres de familia.
Analistas de EY-Parthenon han descubierto que 56% de padres mexicanos considera que la experiencia de clases a distancia es peor que en las escuelas. Al respecto, otro 17% considera que la experiencia es la misma, y 27% siente que ha mejorado.
Esto gracias a algunas diferencias marcadas entre las escuelas privadas y las públicas. Específicamente factores como la infraestructura afectan la manera en que las clases se planean para su aprender de forma remota.
“Lamentablemente no ha mejorado mucho la percepción de la educación a distancia. Sí, madres y padres agradecen el esfuerzo de escuelas y profesores por mejorar la calidad, pero no están contentos con la idea de seguir en casa. También, las escuelas públicas dependen de lo que el gobierno puede ofrecer y no cuentan con muchas herramientas que si tienen las escuelas privadas”, comentó José Ceballos, senior manager de la firma de análisis EY-Parthenon.
Educación online sin habilidades sociales
Otras de las causas que no agradan sobre este modelo es que sienten que sus hijos pasan demasiado tiempo frente a la pantalla. Así lo piensa el 66% de encuestados, seguido de una menor interacción con profesores y compañeros. Además identifican una mayor dificultad para adquirir conocimientos y atención menos personalizada.
“Las y los padres insisten que hay poco desarrollo de habilidades sociales a distancia y no se trabaja la facilidad de comunicación. Es algo que les preocupa. Más ahora que somos dependientes del celular o la tableta y la escuela era ese lugar para interactuar con más gente”, añadió Ceballos.
Aunque esto tampoco quita que existen algunas ventajas al aprender de modo online. Entre los factores positivos, papás reconocen que sus hijas e hijos han desarrollado habilidades tecnológicas. Además, han percibido un mayor aprovechamiento del tiempo, pues no tienen que trasladarse a la escuela.
Provoca mayor gasto familiar
En el tema económico, seguir con la educación de manera remota en 2020 y 2021 también supuso gastos familiares. En el estudio se encontró que más de la mitad de los papás, el 54%, invirtió pen su servicio de internet.
Asimismo, en adquisición de equipos de cómputo y destinados al uso escolar, un 29% de los encuestados dijo que compró una computadora o tableta nueva; mientras que un 12% dijo haber tenido que comprar un celular.
Un dato que llama la atención es que 5% de las personas consideradas en este estudio contrató los servicios de un profesor particular.
Este último dato, aunado a las estadísticas que muestran un elevado porcentaje de insatisfacción ante la educación online ha llevado a las y los analistas a diversas conclusiones y expectativas para el futuro. En ese panorama, destacan la importancia, sobre todo de las escuelas privadas, para ofrecer mayores beneficios.
“La comunicación con los papás por parte de escuelas privadas debe ser alineada al valor agregado que pueden dar a la educación tradicional, enfocado al tema de tecnologías y desarrollo de habilidades que preparen a las y los niños para la nueva realidad”, dijo el representante de la empresa de análisis.
Además, hay que estar atentos a las soluciones que se ofrezcan para disminuir las grandes diferencias entre los modelos públicos y privados para que la educación básica del país sea equitativa, añadió el analista.
“Algo que nos preocupa es cómo el gobierno abordará el problema de la brecha que se ha ampliado entre escuelas privadas y públicas, no solo en temas de infraestructura sino también en los de la preparación de las y los alumnos. Al final, la educación básica seguirá siendo presencial y habrá que ver que nuestros hijos desarrollen las habilidades necesarias”, concluyó José Ceballos, senior manager de la firma de análisis EY-Parthenon.