Las matemáticas ayudan a mejorar la equidad de género; te explicamos cómo

Lavar los trastes, planchar, cocinar y cuidar de terceros son tareas indispensables para el funcionamiento de un hogar. Sin embargo, estas actividades suelen recaer por completo en las mujeres, lo que es un encasillamiento muy lejano a la equidad de género. Sorprendentemente, aquí las matemáticas pueden jugar un papel importante.   

Pablo Rosell González, académico del Instituto de Matemáticas de la UNAM, organizó el taller “Más Diversión, Más Matemáticas” con un objetivo claro: demostrar que la ciencia y la corresponsabilidad en los cuidados no están reñidas. Esta iniciativa busca generar conciencia y apoyo comunitario para los padres de familia, al igual que promover, a través de la educación, un cambio en las dinámicas sociales. 

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La importancia de los cuidados  

De acuerdo con la Encuesta Nacional para el Sistema de Cuidados del INEGI, cerca de 58.3 millones de personas en México necesitan cuidados. Estas tareas, como explicó para UNAM Global Toyka Bashkoz Hernández, académica de la FES Aragón, representan un valor económico significativo. Tan solo en 2022, equivalieron al 24.3% del PIB nacional, cifra que supera a sectores como la construcción y la minería.

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A pesar de su relevancia, el cuidado sigue siendo mayoritariamente una responsabilidad femenina. Bashkoz señaló que las mujeres dedican tres cuartas partes de su tiempo a estas labores, lo que limita sus posibilidades de ascenso laboral, un fenómeno conocido como la “escalera sin peldaños”. 

“Por esto, es necesario fomentar nuevas masculinidades, es decir, hacer que los hombres sean mucho más comprometidos y corresponsables con el cuidado”, destacó la académica respecto a la equidad de género en el cuidado del hogar. 

Matemáticas y equidad de género 

El taller “Más Diversión, Más Matemáticas” no solo busca que los niños se enamoren de esta ciencia, sino también ofrecer una solución práctica para las familias que laboran en días sin clases, como los viernes de consejo técnico.  

De esta manera, al abordar el cuidado infantil como una responsabilidad comunitaria, esta iniciativa permite que ambos padres, independientemente de su género, puedan desempeñar sus roles laborales sin interrupciones.

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La idea ha sido bien recibida por los padres, como Yohali Norma Hernández, quien comenta que sus hijos ahora disfrutan aprender matemáticas mientras ella puede cumplir con su trabajo sin preocupaciones:  “Algunos viernes mi hija se quedaba conmigo en mi oficina, pero a pesar de que le llevo material didáctico o le busco actividades se aburre y quiere salir a jugar. El taller ha sido una gran alternativa”. 

Por último, la idea del taller es que más universidades concienticen a la población sobre la importancia de “buscar igualdad sustantiva en lo tocante a la corresponsabilidad de cuidados”. 

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